jueves, 20 de agosto de 2009

Como vivir como un judio


Adio Roma, Shalom Tel Aviv...y llegamos a la Tierra Prometida. Mis primos, yo y el tío Lucca. Corría el año 1983 y Menachem Begin era aun Primer Ministro de Israel. A lo nuestro, era verano y hacia un calor de , al menos, 40 grados Celsius. Tío Lucca nos llevo rápidamente a las afueras en busca del auto de un amigo que nos llevaría al "kibutz" que se convertiría en nuestro hogar durante dos años.



En esa época el kibutz al que fuimos no era lo que es hoy, es decir, los tiempos cambiaron y ahora esta abierto al turismo y ofrece todas las comodidades de un hotel de lujo. Pero quisiera dejar claro cual era el concepto de kibutz de ese entonces.





El kibutz (palabra hebrea para "asentamiento comunal") era una singular comunidad rural; una sociedad basada en la ayuda mutua y la justicia social; un sistema socio-económico que tiene como principio básico la propiedad conjunta de los bienes, la igualdad y la cooperación en la producción, el consumo y la educación, el cumplimiento de la idea "de cada cual conforme a sus posibilidades, a cada cual conforme a sus necesidades"; un hogar para aquellos que lo han elegido como forma de vida.


Obviamente, yo no elegí esto como mi forma de vida pero allí estaba yo junto con mis primos mirando boquiabiertos a nuestro alrededor. Nos asignaron una habitación para los 3 en la llamada casa de los jóvenes, estaba llena de jóvenes pero convenientemente separados hombres de mujeres. El dormitorio era modesto con 3 camas mas bien angostas, un ropero antiguo con olor a mas antiguo y 2 sillas, Nunca entendí porque poner 2 sillas en una habitación con 3 camas.Había un baño de uso común al final de un corredor y un responsable del orden en el área que era otro muchacho no mayor que yo pero que tenia muchisimo mas tiempo viviendo allí y,obviamente, eso le daba cierta jerarquía.


No fue hasta la cena que volvimos a ver al tío Lucca convenientemente peinado, con una camisa blanca , un pantalón negro y su kipa también de color negro,


En un comedor inmenso nos juntamos todos los residentes del kibutz , Luego de unas oraciones, una charla y divertidos chistes en hebreo ( eso supongo porque todos reían y aplaudían) salvo mis primos y yo, se dispuso nuestra primera cena en comunidad.


Cestas con panes iban de una mano a otra, ensaladitas de pepinos, tomatitos y unas lechugas amargas,


De allí vino la sopa de pollo, carne guisada y agua abundante agua y una especie de vino sin alcohol que me pareció demasiado dulce y el cual no pensaba tomar sino hasta que tío Lucca me dio un pisotón que por poco y pierdo el pie.


Jonathan, Luis Enrique y yo ya empezábamos a fastidiarnos de tanta ayuda mutua y bienestar colectivo. Esa noche, tío Lucca fue a darnos las buenas noches y nos informo que al día siguiente empezarían oficialmente nuestras clases de hebreo en el kibutz y se nos asignaría nuestra carga laboral.



Madre mia, escuchamos bien todos? Carga laboral???



Mañana... el tío Lucca nos enseña como rellenar juguetes de tela. Plop re plop.







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