viernes, 4 de septiembre de 2009

Pacho, el perro



Pacho, hijo de una bulldog americana full pedigree y de un callejero violador y aprovechado. Yo llegue a Pacho porque fue una de las dos crías de la bulldog campeona de un amigo mio español. El tenia pensado 'ponerlos a dormir el sueño eterno" lo cual me pareció cruel y me ofrecí a quedarme con uno y conseguir hogar para el otro con la condición de no decir quien era la madre ( seria para salvaguardar su honor?). El caso es que eran muy lindos ambos al menos de cachorritos y fue fácil ubicar al hermano de Pacho con la gente adecuada.
Lo lleve a casa y todo estuvo bien mientras Pacho estuvo pequeño pero empezó a crecer y crecer a engordar y a convertirse en un verdadero dolor de cabeza.

Todas las mañanas debía sacarlo a un parque donde corría tras de cualquier animal de cuatro patas creo que estaba muy fuerte en el la genética del padre mientras, yo aun medio dormido y sin afeitar esperaba a que hiciera los numeritos osea el 1 y el 2 y que diera rienda suelta a sus ímpetus amatorios.

Luego volvíamos a casa y siempre , religiosamente, dejaba un charco de orines en el portal de la entrada, en las cercanías del ascensor o en las escaleras. A pesar de tenerlo media hora congelándome de frio o derritiéndome del calor para que el hiciese los que los perros hacen fuera de casa a esas horas.

Obviamente, el portero y los vecinos sabían que solo Pacho era capaz de dejar un litro de amarillos orines y siempre alguien tocaba a mi puerta recordándome que debía limpiar el desastre. eso lo arregle dándole una paga extra al portero del condominio quien gustosamente se "ofreció" a facilitarme las cosas.


Pacho se estaba convirtiendo en un inmenso forado en mi cuenta. Debía comprarle comida balanceada que no le produjese flatulencias que eran un gravisimo problema en Pacho...Que asco!!! cuando eso sucedía tenia que abrir los ventanales porque era sencillamente insoportable y peor si tomaba leche o comía galletas que estaban prohibidas en su dieta pero le encantaban como todo lo prohibido.

Le compre una camita esas que están tan de moda para los perros , pero no la usaba porque prefería dormir sobre la alfombra del salón o debajo de la mesa de la cocina sobre el blanco piso de baldosa.

Eso que no les comento de cuantos pares de zapatos y championes me destrozo jugando a sacarles las agujetas o cuando rayaba la pintura de las puertas tratando de manicurar sus patas delanteras.

Un día unos primos mios llegaron a casa y en una distracción alguien dejo abierta la puerta y Pacho se escabullo. Lo buscamos toda la tarde por la zona y una vecina en la noche me dijo que había visto a unas chicas subiéndolo a un auto rojo pero que ella pensó que eran amistades mías.

Puse algunos avisos en las paradas del autobús y en los comercios de la zona con la foto de Pacho y ofreciendo una recompensa a quien me diera razón de su paradero pero nada. Nunca nadie me llamo y Pacho desapareció de mi vida.


Hoy veo mi alfombra limpia y perfumada y el piso de mi cocina reluciente. No hay pelos de Pacho en el sofá ni flatulencias desagradables. Si Pacho pudiese leer este blog, cosa imposible, quisiera que supiese que deseo que allí donde este se encuentre feliz al igual que yo me encuentro ahora SIN EL en casa y a las chicas del auto rojo que...lo disfuten en toda su magnitud.
NOTA IMPORTANTE: a todos aquellos que luego de publicar este articulo me han preguntado si echo de menos a Pacho, si desearia tenerlo en casa (???!!!!) de nuevo, si no me parece que soy indiferente a la ausencia de mi perro...La respuesta es NO.



No hay comentarios:

Publicar un comentario